The Murder Book: A True Crime Podcast

En La Mente de la Madre Torturadora Parte III

January 01, 2024 BKC Productions Season 7 Episode 180
The Murder Book: A True Crime Podcast
En La Mente de la Madre Torturadora Parte III
Show Notes Transcript Chapter Markers

Continuamos en un recorrido por la vida de las hermanas Likens en un entorno marcado por la toxicidad y el maltrato. La disminución de la hostilidad en la casa de los Banisiewski abre una puerta a la frágil esperanza de pertenencia para Sylvia y Jenny, pero ¿a qué costo? 

La retorcida relación de poder y el abuso psicológico ejercido por Gert se despliegan ante nosotros en un examen detallado de los sermones crueles y la manipulación que sufre Sylvia. La normalización de la violencia y el estigma que se construye alrededor de las jóvenes demuestra cómo el abuso puede ocultarse a plena vista, protegido por las sombras del prejuicio.

Terminamos este capítulo con la imposición de Gert sobre las hermanas Likens, en especial durante los momentos de coerción y la violencia físic. Esto refleja una realidad que muchos prefieren ignorar. Al despedirnos, no solo buscamos generar empatía hacia aquellos que luchan en situaciones adversas, sino también ofrecer un espacio para reconocer la resiliencia y la dignidad que persisten incluso en los momentos más oscuros.

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Speaker 1:

Hola y bienvenidos a The Maru Poca en español. Y continuamos con En la mente de la madre torturadora, parte 3. Comencemos. Las siguientes semanas infundieron a las chicas lichens una falsa sensación de seguridad. Kurt no se convirtió repentinamente en su mejor amiga de la noche a la mañana, ni mucho menos, pero su hostilidad absoluta hacia ellas parecía versezado después de que demostrara que se podía confiar en ellas para mantener las mentiras que eran los cimientos de su vida. Con esa nueva aceptación llegó una mejor relación con los mayores de los Vanisibueski. Paula y Stephanie Eran expertas en leer los estados de ánimo de su madre y por esa razón empezaron a acercarse de nuevo a las chicas lichens, comenzando a referirse a ellas en conversaciones casuales como sus hermanas adoptivas y no como las huérfanas sin hogar. Jenny se dejó llevar por esta nueva propuesta de amistad y pasó a formar parte de su grupo social, al margen pero incluida las actividades diarias de la pandilla de adolescentes que se reunían en la casa. Sylvia no aceptó tan rápidamente el comportamiento de las chicas. Los abusos que había sufrido la habían hecho reacia a participar en sus charlas casuales, temerosa por la forma en que sus palabras podrían ser tervergizadas en su contra de un momento a otro. Pero finalmente, incluso, ella sucumbió a sus atractivos de una vida social y se convirtió en un miembro activo de la multitud del salón.

Speaker 1:

Las chicas mayores hablaban cada vez más de sus vidas amorosas con Stefanie, prácticamente babiando al pensar que en su nuevo novio, coyd Hubbard, un quinceañero acido de la casa Vanisiewski al que consideraba un chico de sueño, paula era un poco más cuidadosa, hablando solo en tiempo pasado sobre sus aventuras y evitando cuidadosamente cualquier mención de sus escapadas sexuales que habían llevado a su madre al borde de la locura. Su embarazo seguía siendo un secreto para las chicas Likens y el vecindario en general, pero los chicos Vanisiewski eran muy conscientes de su delicado estado y se encargaban de interceder por ella, tanto frente a los chicos que se interesaban por ella como frente a su madre, que era especialmente sensible al tema, prefiriendo la negación absoluta a enfrentarse a la realidad de tener un adolescente embarazada en casa. Genevieve ha admitido desde el principio que casi no tenía experiencia con los chicos debido a los problemas que tenían sus piernas, lo que llevó muchos de los chicos presentes a ofrecer sus servicios antes de que un gruñido de la adormilada girl los disuadiera. Cuando la presionaron, mencionó que había besado un chico una vez antes de mudarse a Indianapolis, pero que ya no recordaba su nombre. Hubo gritos y aplausos en la sala y Silvia se encontró uniéndose a ellos, muy a su pesar.

Speaker 1:

Era agradable disfrutar de esta cierta normalidad después de la locura del último mes. El mero hecho de tener gente a la que poder llamar amigos y un lugar en el que poder hablar de nuevo era liberador. Era como volver a ser un adolescente. Se encontró apreciando a Gert por devolverle eso, por dárselo a todos esos niños, como si la mujer amargada y retorcida no fuera la principal razón por la que se la había arrebatado a Silvia.

Speaker 1:

Desde su comienzo, silvia se unió a la conversación con cierta timidez al principio, pero con gran aprecio por parte de los chicos de la audiencia. Muchos de ellos se habían mostrado muy interesados cuando Silvia entró por primera vez en su círculo social, ya que contrastaba con la simplicidad de los Spanish y Whiskey y carecía de sus lenguas afiladas y del posible ostracismo que suponía salir con ellas Con más de una risita por parte de todos. Silvia contó que había salido con un chico antes de que se mudaran a Indianapolis. Cuando la aprecionaron, admitió que había avisado con bastante frecuencia, lo que provocó otras rondas de chillidos y ovaciones, con un brillante sonrisa en los labios y rubor en sus mejillas. Se inclinó hacia adelante y sus susro entre los presentes. Incluso le dejé tocarme por encima del jersey una vez. Los chicos del público aplaudieron con entusiasmo y Paula sintió con la cabeza, tratando de evitar que la sonrisa en su rostro fuera demasiado evidente.

Speaker 1:

Silvia nunca se había sentido tan aceptada desde el momento en que puso un pie en la casa right. Dirigió su tímida sonrisa hacia Gert, esperando que la anciana sonriera junto con el resto, pero el rostro de la anciana estaba contraído en un rictus de furia y sus ojos estaban vidriosos. Gert se levantó de su asiento y lanzó un dedo acusador dirigido a la cadra de Silvia y, al levantarse, sortó un grito espeluznante y dijo puta. Y le dio una bofetada a Silvia en la cara y se lanzó a uno de sus arrebatos de furia, con los ojos desencajados, la saliva brotando de su boca, y le dijo pensar que deje entrar en mi casa a una inmundicia como tú.

Speaker 1:

No hay nada en este mundo más detestable que una ramera. Eso es lo que dice la Biblia. Eres más baja que el gusano más bajo. Fornicando y esparciendo tu baba por todas partes, por tu, por toda mi hermosa casa. Has estropeado todo. Tu vida está arruinada. Todo el mundo sabe que ahora eres una puta, una sucia y asquerosa prostituta. Con cuantos hombres te has acostado, puta cuantos?

Speaker 1:

Y ante su pánico, silvia olvidó las lecciones que había aprendido durante su estancia en la casa de los vanes iueski. Se olvidó de permanecer en silencio y soportar el abuso. Se olvidó de evitar que la afectaran y dijo que yo nunca he. Pero en ese momento Gernel la dejó ni terminar. Le empujó tan repentinamente que no tuvo oportunidad de protegerse.

Speaker 1:

Su silla se volcó hacia atrás antes de caer al suelo. Su cabeza se golpeó contra el yeso de la pared, bañando el empolo blanco. Gert arrancó la silla desde debajo de ella y se abalanzó todavía, gritando a todo pulmón y le dijo ahora todo el mundo lo sabe, eres una prostituta, una puta asquerosa. Todo el mundo sabe que te dejaste con chico de tu cara. ¿por qué no me escuchaste? Estaba tratando de salvarte. Ahora no vas a ser más que una puta.

Speaker 1:

Por el resto de tus días te has manchado a ti misma, eres impura. No hay nada tan bajo como una puta sucia. Acércese, niños, mirenla. Miren a la puta que tienen frente a ustedes. Y los niños del vecindario se habían quedado helados cuando Gert empezó a gritar, pero ahora se lanzaron miradas nerviosas y empezaron a reírse. Su participación como público les ponía un poco tensos, pero al fin y al cabo sabían que era como una montaña rusa. Vivirían toda la emoción del peligro real sin que nadie saliera realmente herido.

Speaker 1:

Gert parecía estar simplemente entrando en calor cuando la aturdida Silvia se incorporó sobre el codo. La anciana le pisó la entrepierna y le dijo puta asquerosa, todos hemos oído lo que has dicho. No pasara mucho tiempo antes de que todo el mundo lo sepa también cualquier día de estos. Van a ver las señales, todo lo van a saber. Y Sylvia gritó de dolor y dijo ¿Qué, ¿qué está diciendo? Y ella le dijo Todo el mundo va a saber que eres una prostituta. Cuando tu vientre empieza a hincharse, cuando tu tripa crezca y tu piel se estire, cuando ese veneno que te inyectó te haga enfermar cada mañana, todo el mundo va a saber que eres una puta. Con solo mirarte. Asquerosa, cosa asquerosa. Ni siquiera lo sabías. Eres estúpida, además de puta.

Speaker 1:

Y Sylvia chilló mientras Girl le pisaba el talón y dijo Nunca lo he hecho nunca. Y Girl le dijo Todo el mundo lo sabe ya. No tiene sentido seguir mintiendo. Dejas que un chico te toque ahí abajo, dejase que pudieras pudisieras sus partes sucias dentro de ti. Y ahora estás estropeada, estás arruinada. No pasará mucho tiempo hasta que todo el mundo pueda ver que estás embarazada. Entonces tu miseria empezará de verdad. Este será el fin de tu vida. Estás acabada. En el momento en que echas tu asqueroso bastaldo en mi piso, se aferrará a ti y nunca te dejará ir.

Speaker 1:

Los ojos de Girl, de Girl, se salían de sus órbitas. Sus sientes rechinaban entre cada palabra. Nunca se había visto menos humana. Y continuó Y le dijo Todo lo que querías ser, todos tus sueños, los has arruinado por un chico, un hombre del que ni siquiera recuerdas su nombre. Lo has arruinado todo por un hombre que te pago para que te acostaras con él.

Speaker 1:

Los ojos de la anciana se movían de un lado al otro mientras se inventaba esa nueva realidad. Y luego volvió a clavar con fuerza su pie, provocando un alarido en Silvia, y le dijo No eres más que una prostituta. Nunca serás nada más que eso. Aceptaste el dinero de un hombre para poder comprar más dulces, para rellenar tu boca, pero él te relleno a ti. Oh, querías engordar, comer toda la comida de otros, arruinar tu figura engullendo todas las colosinas que tu dinero de puta podía comprar.

Speaker 1:

Bueno, aún no has empezado. Ni siquiera has empezado a ver lo vil e inchado que va a crecer ese putridogu sanillo rosa en tus entrañas. Te verán venir desde la otra punta de la ciudad. Mientras tanto, los niños del vecindario reían acarcajadas. Los propios hijos de Gert parecían un poco molestos, molestos por la perorata de que tener hijos terminaba la vida. Pero no tardaron en volver a la carga.

Speaker 1:

Cuando Gert dejó de hablar y empezó a propinarle patadas, golpió con su tacón entre piernas de Silvia y cuando la chica intentó juntar las rodillas, la vieja sisió y dijo ¡Demasiado tal de para eso. ¿deberías haber mantenido las piernas juntas antes de que fuera demasiado tarde, putasquerosa? Y le grumió a los chicos más cercanos y dijo ¡Ábrale las piernas, no se preocupen por lastimarle, ya saben que le gusta así. Saben que le gusta abrir las piernas frente a cualquier chico que se lo pida. Los chicos se acercaron rápidamente. Su diversión se convirtió en algo más oscuro cuando agarraron a Silvia por los tobillos y las rastraron para abrirle las piernas mientras gritaba. Ni siquiera sus grichos fueron suficientes para ahogar el rugente Sermon de Gert.

Speaker 1:

Cada frase era apuntuada con un nuevo pisotón en la ingle de la chica Y le dijo ¡Las mujeres son criaturas impuras. Dios no las ama como ama a los hombres. Tiene razón en no amarlas. Son inmundas. Son gusanos que se arrastran a los pies de los hombres en busca de afecto y de sobras, tan desesperadas por su atención y su dinero que harán todo tipo de cosas impías para conseguirlo. No hay nada más impío que una prostituta, una mujer que vende su preciada inocencia a un hombre por unos míceros dólares.

Speaker 1:

Gert empezaba a cansarse. Una de sus patadas salió mal y rozó los nudillos de uno de los chicos que sujetaban las piernas de Silvia. El chico soltó la pierna y durante un horrible momento la chica quedó corgando, pataleando en las garras del otro chico. Luego esta la soltó también y dio un paso hacia atrás. Silvia se acurrucó en torno al al diente dolor que se entiente las piernas y gemió. Gert se tambalió hacia atrás y respiró un poco antes de empezar a despotricar de nuevo Y dijo el señor te testa las putas.

Speaker 1:

Yo soy una mujer piadosa, así que también los odio, y como todos ustedes, hijos de Dios, deben hacerlo. Ese miserable gusano que tenemos delante ha cogido el dinero de un hombre, ha dejado que la toque ahí abajo en un lugar especial. Ahora está embarazada. Ha arruinado toda su vida con sus costumbres crujuriosas, codiciosas, malvadas, sucias. Ella está por debajo de todos. Ustedes deberían odiarla como yo, cada uno de ustedes. Si son buenos niños, niños piadosos, entonces odiarán esa puta Y las risas se apagaron.

Speaker 1:

La sala quedó en silencio. El disco había llegado a su fin, pero nadie se movió para cambiarlo. El golpeo regular del disco de pasta completando otra rotación era el único sonido en la habitación, aparte del suave sonido de los sollosos de Silvia. Con una lentitud agonizante, silvia giró sobre sus rodillas y comenzó a ponerse de pie. Los brazos le temblaban por el dolor y sus dedos sejaban en diduras en el revoque inabcabado. Apenas tenía fuerzas para mantenerse en pie.

Speaker 1:

Sentía como si toda la sangre de su cuerpo bajara hasta donde Gert le había pateado y dejar el resto de su vida en tu mesido e inútil. Siguió gimiendo cuando tuvo aliento, no intencionadamente ni siquiera de forma consciente. El dolor necesitaba encontrar alguna salida y su boca parecía ser la única opción. Se tambalió sobre sus pies durante un largo rato mientras los otros niños la miraban y luego se tambalió con dolorosos pasos hacia la silla más cercana. Gert llegó antes.

Speaker 1:

Mientras Sirvi intentaba agacharse suavemente, gert apartó el asiento de un tirón y la niña cayó al suelo. No gritó por la sorpresa. Después de su larga convivencia con los niños Panisiewski, descubrí que le habían arrancado el asiento. Era prácticamente algo normal. Pero cuando su dolorosa entrepierna rebotó contra las tablas de estudas del suelo, fue como si alguien le hubiera clavado un adquisador al rojo, al rojo vivo, entre las entrañas. Gert se inclinó tanto que casi se cae, tambaleándose hacia adelante hasta quedar tan cerca de la cara de Silvia que su aliento hacienicero le despeino el flequillo y le dijo las butas no son aptas para las sillas A Silvia. Ya no se le permitía sentarse en ningún lugar de la casa. Incluso el montón de ropa sucia que utilizaba como cama era dispersado, apatadas por Gert antes de que se le permitiera acostarse por la noche. Las pocas veces que Silvia había intentado sentarse sin pensarlo habían dado lugar a otros ser Montchillon de Gert sobre su inmundicia, la inmundicia de las mujeres en general, que luego pasó a reflexiones más generales sobre los tipos de líquidos que podían salir de una puta cuando se sentara A Silvia, le habían provocado suficiente náuseas como para no volver a intentar sentarse en la casa.

Speaker 1:

Cuando fue a la escuela el día siguiente de haber sido pateada, se esforzó por sentarse cómodamente en su pupitre. Dejó escapar un pequeño gemido al sentarse y probó con una risita de su compañera de clase Stephanie Vanisibueski, una risita que acompañó con un gesto lascivo de la mano a la chica sentada a su lado de a modo de explicación. Silvia no lloró. Ya había aprendido lo suficiente que llorar no servía de nada.

Speaker 1:

En lugar de lamentarse, se enfureció y, aunque no estaba su alcance herir a Gert directamente, sí podía remeter contra sus torturadores menores Durante sus días de escuela. Gert nunca había sido capaz de manejar los rumores sobre ella, subiéndose a la ola de los que podían aprovechar, pero se intentaban nunca realmente cómo se propagaban. Incluso de adulta, se esforzaba por mantener sus secretos para sí misma, malinterpretando tanto la naturaleza humano que creía que los pequeños favores que hacía al dejar que los niños del vecindario merodiaran por su casa evitarían que hablaran del repugnante estado en que ésta se encontraba o que especularan sobre sus hijos. De hecho, sus deliberados intentos por suprimir cualquier información que saliera de su casa había creado una especie de vacío informativo en el que la gente creía casi cualquier cosa sobre ellos, especialmente si provenía de una fuente acerca de la familia, como alguien que viviera en su propia casa.

Speaker 1:

A pesar de las humillaciones que había soportado hasta ese momento, sirviere bastante inocente e incluso si hubiera tenido la intención de difundir un rumor desagradable, probablemente no habría sabido por dónde empezar, como el que alguien hubiera pasado la noche anterior gritando repetidamente, producto de un acto perverso. El hecho de que sirvia fuera tan inocente solo añadía más credibilidad a las cosas que deseaban sobre las chicas vanisigüesqui. Después de todo, como iba a saber la dulce, inocente sirvia lichens lo que era la prostitución si no lo había visto jamás con sus propios ojos? Jenny difundió la historia a la hora del almuerzo y al final del día toda la escuela bullía con los rumores. Paula y Stephanie vanisigüesqui se habían estado acostado con chicos por el dinero. Las chicas vanisigüesqui nunca escucharon ni una palabra al respecto, pero no eran estúpidas. Sabían que algo estaba pasando cuando las conversaciones se interrumpían repentinamente en el momento de que ellas llegaban. Puede que no tuvieran la credibilidad o la simpatia de Silvia, pero tenían una red de contención vigarraigada en la escuela. Sus amigos pronto empezaron a buscar la fuente de los rumores sin decirles a Paula o Stephanie lo que estaba pasando, para evitarles la vergüenza.

Speaker 1:

Dado que las historias incluían descripciones de primera mano del interior de la casa de los vanisigüesqui, incluidas las áreas que habían estado prohibidas para los visitantes de este que Paula quedó embarazada, no fue difícil haber igual de donde provenían. La rivalidad entre manos no era inexistente en la casa de los vanisigüesqui, pero había límites a los que cualquiera de ellos podía llegar para fastidiar a los demás, límites que se imponían en gran medida por lo que Gord estaba dispuesto a tolerar antes de considerar que esas pequeñas traiciones le dieran mala fama en el pueblo. Era obvio para cualquiera que conociera la familia que ninguno de ellos difundiría este tipo de rumores, por lo que solo quedaban las chicas lichens. Sin embargo, nadie quería ser quien se los dijera. Toda la situación era horriblemente incómoda para empezar, pero cuando estos nuevos rumores se cruzaron con los acontecimientos de la noche anterior y la persistente sospecha de que Paula estaba embarazada, se creó el tipo de avispero social y ni al que nadie quería hurgar. La suerte quiso que hubiera un adolescente al tanto de la situación, que padecía una absoluta falta de conciencia social y carecía de sentido de la autopreservación.

Speaker 1:

Cole Hubbard tenía 15 años y estaba enamorado. Stephanie Vanisibuesky era la primera chica con la que había salido, así que suplía su falta de experiencia en la vida real con películas y una grandosis de fantasía. Cuando se enteró de los rumores sobre su amada, estaba dispuesto a empezar a golpear a quien quiera que los estuviera difundiendo, y solo la oportunidad intervención de algunos de los que otros amigos de Steph habían impedido que ese día se liera a golpes con todo el colegio, redirigiendo su furia hacia donde ellos creían que debía estar. Después de clases se dirigió directamente a la casa de los Vanisibuesky, donde Gert le recibió con reselo. Se trataba de un chico de la edad de su hija menor, obviamente obsesionado con ella, y ahora merodía acerca de su dormitorio. No era un asistente habitual a sus jornadas de puertas abiertas y parecía extremadamente agobiado por algo. No hacía mucho tiempo que Gert recordaba haber tenido esa edad y su primera suposición fue que estaba allí para tener sexo, así que trató de ahuyentarlo.

Speaker 1:

Solo cuando empezó a divagar sobre dar una lección a esa zorra que Gert empezó a escucharle y se quedó totalmente callada mientras él le explicaba los rumores que Sylvia y su hermana habían estado difundiendo, la mirada de Gert se volvía más y más inexpresiva con cada palabra. Finalmente lo llevó al salón y lo sentó con un refresco a esperar. Los dos permanecieron en silencio hasta que el resto de la familia regresó a casa en una ruidosa carrera, con las chicas lichens pisándole los talones. En el momento en que Sylvia entró en la habitación, koi se abalanzó sobre ella con sombría de terminación. Gert se sentó a observar el espectáculo Y él dijo ¿por qué has dicho esas cosas de mi chica?

Speaker 1:

Sylvia se quedó congelada por la incendidumbre. Se trataba de un chico de colegio, un lugar seguro, pero estaba. Ella estaba en la casa donde no era seguro. No sabía si debía callarse como cuando recibía los abusos de Gert o si podía replicar. Le fue escapar un pequeño ruido estrangulado y le preguntó ¿por qué andas diciendo que Stefani es una puta? Stefani, no es así. Stefani se acercó y le dijo ¿qué andas diciendo de mí?

Speaker 1:

Los ojos de Sylvia se movieron de un lado a otro y luego se fijaron en Gert, que estaba sentada, sonriendo, al otro lado de la habitación. Y ella dijo no, no dije, yo, no dije nada. Y Stefani le gritó le dijiste a la gente que ella me acostaba con tipos por dinero. Y Koi le dijiste que era una puta. Y Stefani gritó tú eres la puta, todo el mundo lo sabe. Y Koi empezó a gritarle en la cara puta. Y Sylvia trataba de defenderse. Yo no hice nada, yo no.

Speaker 1:

Icoi le dijo ¿sabes que no deberías hablar así de mi chica. Te arruinaré y si vuelves al decir algo así, habrá consecuencias. ¿me entiendes? Silvia había quedado arinconada contra la pared. Las lágrimas ya se acumulaban en sus ojos. No era así como se suponía que debía comportarse las personas.

Speaker 1:

La sonrisa de Gers se borró lentamente de su rostro y dijo ya no habrá quien lo pare. Se extenderá por toda la ciudad. Todo el mundo oirá esas mentiras sobre mi hermosa hija. Todo el mundo pensará que tu novia es una puta. Vas a dejarla ir con una advertencia ¿qué clase de hombre eres?

Speaker 1:

Icoi ya estaba temblando de rabia, pero al oir eso su cara se enrojeció y ya remetió contra ella. Su puño alcanzó a Silvia en la mejilla y ella sortó un grito, cayendo al suelo. Estaba débil por su largo período de desnutrición y aunque no lo estuviera nunca, había recibido un golpe y no sabía cómo evitarlo. Icoi la agarró por la parte delantera de la blusa y la rastró hasta ponerle en pie. Gerd llamó en un susurro escénico a sus hijos y le dijo esto no es justo, ¿verdad? Y de nuevo en pie, silvia se balanceó un momento, luego todo su mundo se volvió patas arriba.

Speaker 1:

Icoi la había agarrado por el brazo y lo siguiente que supo fue que estaba tumbada de espaldas en medio de la habitación, jadeando para recuperar el aire que le había quitado. Un al diente puñalada de dolor salió disparada de su entrepienna negra y azul y el aire que le echaba por arrastrar, se le escapó en un gemito. Los chicos vanisibueski retrocedieron en silencio, arrastrando sus pies. No iban a intervenir en favor de Silvia, no, cuando era tan obvio que Gerd quería que todo aquello ocurriera, pero seguían sintiéndose incómodos, como este extraño en su casa ejerciendo violencia. Si hubiera sido uno de ellos, habría estado bien, incluso hubiera parecido un onmar. Pero que alguien que no formaba parte de la familia viniera a la casa a golpear a Silvia era como si un extraño entrar a lavar los platos. No podían oponerse porque querían que esto suceda, pero seguía siendo incómodo para ellos.

Speaker 1:

Gerd se encontró con los ojos de Icoi y al otro lado de la habitación. Cuando él la miró en busca de aprobación, ella sintió con un pequeño movimiento de cabeza antes de que él saltara hacia adelante para arrastrar a Silvia, poniéndola de nuevo de pie. La volvió de nuevo antes de que ella siquiera tomara aliento para gritar y esta vez las tablas del piso se arquearon debajo de ellas. Cuando él la golpeó en el suelo y una silla se desplomó sobre ella, gerd funció el seño, dijo vas a destosarlo todo jugando así, levantala. Hubo otra larga pausa mientras todos esperaban para ver qué sucedería a continuación.

Speaker 1:

Gerd no era uno de sus hijos, ni siquiera uno de los niños del barrio, de los que asistían a la casa asiduamente, podía rehusarse a continuar y todo lo que estaba ocurriendo podía detenerse. Se agachó, tomó a la niña adiante por la coleta, poniéndola en pie. Luego miró con reselo Gerd, volvió a sentir con brusquedad y dijo la puerta del sótano está en la cocina, no hay nada que romperá allí abajo. Sylvia jimió mientras se las rastraba por la casa, sujetándola del pelo. Pero ahora comprendió su lugar en todo esto.

Speaker 1:

No iba a arriesgarse a enfurecer a Gerd, hablando o contradiciéndola. Al fin y al cabo se seguía teniendo el control de la situación porque podía controlarse a sí misma. Esto no iba a ser así para siempre. El chico la zarandaría un poco más y ella tendía algunos moretones. No era el fin del mundo. Yo había sobrevivido a cosas peores. Se repitió las mismas mentiras una y otra vez.

Speaker 1:

El rastro escalera abajo hacia el sótano. El suelo era de tierra y había una única bombilla de estuda que colgaba, lo suficientemente baja como para que Sylvia tuviera que apartarse para que no le quemara la cara. Hechona, rápida y nerviosa mirada a las escaleras. Todo estaba bien. Gerd no lo había visto. Ahora estaba bajando. Hoy no esperó más aprobación. Él lanzó a Sylvia contra la pared. Gerd se instaló cómodamente en la escalera para observar Su mirada silenciosa.

Speaker 1:

Era la única constante en un mundo que parecía estar en constante movimiento. Sylvia fue volteada y arrojada de un lado a otro tantas veces que, incluso cuando Coice detuvo, seguía demasiado mareada como para mantenerse en pie por sí misma. Cuando se detuvo, tenía la cara roja y sudaba. Sylvia se había enfriado más y más con cada impacto y sus humanos dejaban rastros viscosos de sudor sobre ella. Sabía estremecido si no estuviera ya temblando incesantemente.

Speaker 1:

En algún momento de aquella tempestad de violencia había perdido la cuenta de cuantas veces la había golpeado, cuantas veces había rebotado contra las paredes del suelo De dolía todo. Había quedado insensibilizada, pero ahora que estaba tumbada, el dolor empezaba a aparecer de nuevo. Si así era como se sentía ahora, temía por las próximas horas y días Las frases que se había repetido a sí misma cuando estaba arriba no le servían de mucho. Aquí abajo, al menos, había terminado El chico. Se había vengado, gord probablemente sentiría que el castigo había sido suficiente. No tenía nada más de que preocuparse que desuperara aquel dolor. Coice tambalió exhausto hacia las escaleras y casi había pasado por delante de Gord cuando la mano de ella le rodeó el muslo y se quedó helado.

Speaker 1:

La anciana parecía sonrojada. Podía oír sus adeos se resonando en el sótano, como si hubiera sido ella la que le había lanzado a la chica Y le dijo eres bueno con esto del yudo, pero podría ser mejor. Y él le dijo yo soy el mejor de mi clase. Ella apretó los músculos de su musla con aprobación y le dijo quizá lo seas, pero no te ayudaría a poder practicar un poco más? Sabes que puedes volver aquí abajo cuando quieras sudar. La expresión de perplejidad en su rostro empezaba a irritar a Gord. Le dijo si quieres practicar tu yudo, vuelve aquí y pruebalo con ella un poco más. Se lo merece. Se merece algo peor con tal mentira sobre tu chica, sobre mi niña. No estuvo bien Coice.

Speaker 1:

tomó un momento antes de gruñir de acuerdo y subir las escaleras a grandes sacadas. Kurtz se quedó donde estaba sentada en los escalones, observando a Silvia que vibraba impotente en el suelo. Se mojó los labios y dijo quédate ahí, esta noche Nada de mi comida va a pasar por esos asquerosos labios mentirosos tuyos. Se levantó y apagó la luz. Dejó a Silvia sola en la frió oscuridad, esperando que el dolor llegara como la marea.

Speaker 1:

Silvia intentó volver a la vida normal después de su primera noche en el sótano, pero estaba tan agullada y golpeada que apenas podía moverse. Cuando desde se despertó hinchada y rígida por la mañana, Su hermana y los otros niños ya se habían ido. Cuando ella se rastró hasta lo harto de las escaleras, kurtz la esperaba sentada en la única silla en la cocina que seguía intacta Y le dijo puede que todos haya oído las mentiras que dijiste sobre mi hija, pero puedes estar segura de que de ahora en más de todo el mundo te conocerá como una mentirosa. Yo no necesito castigarte. Ya te has buscado suficientemente miseria tú misma. Que no te vuelva a pillar con los nombres de mis hijas en tu boca.

Speaker 1:

Y después del fin de semana, silvia regresó a la escuela, supuestamente recuperada de su brote de gripe. Los moritones que sobresalían de su ropa deliberadamente recatada se habían desvanecido hasta volverse amarillos y las chicas vanisibasque fueron generosas al compartir su maquillaje, al menos hasta que el color amarillento se desvaneció lo suficiente como para poder hacerlo pasar por una mala piel. Silvia se alejó completamente de los vanisibasque en la escuela. No podía arriesgarse a que nada de lo que hiciera y hiciera llegada a oídos de Kurtz, ni a que Koi volviera a enfadarse con ella. Estaba claro que le habían retirado las protecciones de las que gozaba ante cualquier niño, que cualquiera podía hacerle daño si volviera a Fadar a Kurtz. Esto hacía desaparecer cualquier posibilidad de que Kurtz hubiese sido simplemente demasiado entusiasta en sus hábitos disciplinarios. A pesar de la paliza que había recibido y de las amenazas de Kurtz del día siguiente, silvia aún no sentía que el hacha hubiera caído sobre ella. La fatalidad perseguía a la chica. Aun así, la vida no era del todo terrible.

Speaker 1:

En la escuela había varios amigos en los que podía confiar para distraerse de su pesadiresca vida familiar. Ana Cisco era la amiga más cercana que había logrado hacer fuera de su hermana. Tenía 13 años y si las chicas like eran introvertidas, en comparación con los vanisibueski, mas mundanas, no eran nada comparadas con Ana. Realmente no entendía porque nunca le invitaba a la casa de Silvia o porque Silvia no iba a la suya y se arriesgaba a que le preguntaran dónde había estado. Había un miedo constante a llevar a alguien a la casa de Kurtz. Ya era bastante terrible que Silvia y Jenny estuvieran sometidas al poder de la anciana. No quería entregar a alguien más a las garras de esa bruja, ni podía evitarlo, sí, podía evitarlo. Peor aún, no tenía ni idea de cómo reaccionaría Ana ante el trato que recibía en la casa de los vanisibueski Si trataba de defender a Silvia o intentaba denunciar a Kurtz. Silvia no quería ni imaginar el nuevo infierno que podría desatarse, sumado al caos que podría desatarse si Ana se metía en la casa de los vanisibueski, estaban las visitas periódicas de Koi.

Speaker 1:

Nunca abusó de Silvia tanto como la primera noche, cuando se puso furioso, pero Gers seguía enviándolo al soltano con ella, donde se esperaba que Silvia se sometiera a sus caprichos, a pesar de que esos caprichos no parecían ir más allá de salandiarla. Silvia no sabía cómo explicarle a Ana su complacencia ante tal situación en términos que tuvieran sentido para una persona cuerda. Apenas podía racionalizarlo a ella misma. Eventualmente, silvia se dio ante la insistencia de Ana y la llevó a casa una noche entre semana, cuando los enjambres de adolescentes que rondaban la casa eran menos numerosos de lo habitual, pensó que si podía mostrarle a la joven el estado de la casa, tal vez sinquiera lo suficientemente apenada por ella como para no insistir más en el asunto, el tocadisco estaba en silencio cuando entraron, lo cual era una buena señal. Gert estaba sentada en la sala de estar esperando pacientemente algún entretenimiento, lo cual no era una buena señal. No era una buena señal en absoluto.

Speaker 1:

Captó la mirada de Silvia y en su rostro se dibujó un destello de sonrisa maliciosa durante un instante, antes de volver a su encantadora rutina de madre de barrio Y dijo ¿Qué es esto? Una amiga de nuestra Silvita, me alegro mucho de conocerte. Finalmente, silvia se quedó helada. Solo tenía un momento para intentar controlar la situación antes de Gert se abalanzara sobre ella como siempre lo decía asfixiando la consuversión sescada de la realidad, hasta que no pudiera hacer nada más que aceptarla. Abrió la boca, pero ya era demasiado tarde.

Speaker 1:

Gert palmió al asiento junto a ella todos sonrisas y aprobación de matrona Y le dijo ¿Por qué no vienes a sentarte, silvia? no nos ha contado nada sobre ti y todos tenemos mucha curiosidad. ¿cómo te llamas, niña? Vamos, no seas tímida, siéntate.

Speaker 1:

Se dirigió hacia Silvia con la misma sonrisa plácida Y le dijo ¿Por qué no vas a buscar un refresco para tu amiga Con los pies de plomo? Silvia se dirigió a la cocina y cogió las botellas. No tenía ni idea con la que se iba a encontrar a su regreso. Ni siquiera tuvo tiempo de hablar antes de que el puño de Ana, la agorbiara, en la mejilla, se tambalió hacia el pasillo. Completamente aturdida, ana se abalanzó de nuevo sobre ella, blandiendo los puños con fuerza, sin conseguirlo, en el mejor de los casos, soy usando todo el tiempo.

Speaker 1:

Al final, silvia dio sus gritos de estridentes por debajo de los cruñidos de esfuerzo ¿Cómo te atreves? ¿Cómo te atreves a decirle a la gente estas cosas sobre mi madre? ¿Eres, eres una asquerosa mentirosa. Voy a contarle a todo el mundo lo que creías que eras mi amiga? Empujó a Silvia y salió corriendo a la calle con lágrimas en la cara. Silvia estaba tan sorprendida que ni siquiera intentó seguirla.

Speaker 1:

Grots acudió la cabeza con tristeza y dijo ¿Tienes que dejar de mentir, silvita, si no todo el mundo acabará odiándote. Tú no quieres eso, verdad? No quieres que todo el mundo sepa que eres una putita viciosa y mentirosa? Silvia cruzó la distancia que la separaban en unas pocas alcadas y por un momento, mientras se celnía sobre la anciana demacrada, el pozo sin fondo de confianza de Grots pareció traicionarla. Casi se estremeció. Fue suficiente para que la chica volviera en sí.

Speaker 1:

Ella no era como los Panisigueski. No era un monstruo. No podía hacer daño a la gente solo por el hecho de ser cruel. Ella era mejor que eso. Ella era mejor que Grots. Dejó que una pequeña parte de esa superioridad se manifestara en su educada sonrisa Y le dijo aquí tienes tu refresco, mamá.

Speaker 1:

Con la pérdida de Ana y los consiguientes rumores que empezaron a correr sobre su fiabilidad. Silvia quedó completamente aislada en la escuela. Una pequeña parte de los rumores debió de extenderse también a los adultos de la comunidad porque al poco tiempo los profesores, que le habían consentido hasta ahora por sus difíciles circunstancias, se volvieron fríos y distantes con ella. Empezaron a tratar a la niña con desconfianza en todo lo que decía o hacía. La vigilaban constantemente.

Speaker 1:

Era como si Gert hubiera ampliada de repente su alcance, reaciendo el mundo a su imagen y semejanza, un mundo en el que solo había una villana Silvia Likens. Gert no estaba satisfecha con la forma en que había transcurrido su última tortura. No le había gustado esa chispa de desafío que la puta tenía en sus ojos y esa sonrisa de suficiencia debía ser borrada de su rostro. Necesitaba saber desde que, desde qué lugar se atrevió a pararse y mirar le desde arriba, menospreciando a Gert como si fuera mejor que ella. ¿qué nunca sabría? abierto de piernas por dinero? No era una puta. Había estado con sus maridos, todoligar justo como hoy quiso el señor. Puede que le compraran cosas y pagaran sus facturas, pero así era como debía ser. Silvia era la puta y las putas debían arrudillarse Cuando Silvia llegó a casa después de la reunión social de la iglesia en la que había estado cuidadosamente, había evitado cuidadosamente comer en exceso, a pesar de las protestas de su dolorido estómago.

Speaker 1:

La casa estaba nuevamente llena de adolescentes. Stephanie no sabía molestada en acompañarla, confiando en que la nueva influencia que le había proporcionado Koi con Gerd, le eximiera de tener que arreglarse con el reverendo Julián todo el tiempo o durante un tiempo. Y en lugar de eso, había convertido la casa en su propia fiesta privada, invitando a todos los chicos de su curso, los mismos adolescentes que ahora miraban a Silvia con desprecio, incluso con odio. De todos los chicos de la sala, solo una chica parecía lo suficientemente furiosa como para hacer algo al respecto. Judy Duke, una cabeza más alta y casi el doble de su peso, hace el reciente episodio de casi inanimación o inanición. Se avalanció sobre Silvia y le dio una bofetada en la cara y luego se burló mientras la sangre salía de entre los labios de la niña.

Speaker 1:

Le dijo ¿por qué le dices a la gente que mi madre es una prostituta? Silvia miró a Gerd y suspiro. ¿cuántas veces se iba a repetir el mismo guión? Le dijo ni siquiera conozco a tu madre, judy, apenas te conozco a ti. ¿por qué iba a decir algo así. Y ahí iba otra bofetada, más suave pero todavía punzante.

Speaker 1:

Le dijo no sé por qué un monstruo mentiroso como tú anda diciendo cosas horribles de otras personas, tal vez solo porque eres horrible. Y Silvia le dijo no he dicho nada de tu madre, judy. Alguien te lo ha dicho para que te pelees conmigo? Hubo un largo momento de silencio antes de que el suave susuro de Gerd le cortara. Le dijo mentiras. Siempre dices puras mentiras.

Speaker 1:

Judy le dio una patada a Silvia, la espinilla, con toda la rabia que pudo reunir, pero había dudas en su rostro. Silvia podía verlas. Puede que todas estuvieran atrapadas en la aboragine de caos y maldad que Gerd sembraba, pero sus peones seguían siendo personas. Un par de patadas más tarde, quedó claro que Silvia no iba a defenderse y Judy suelió furiosa de la casa, con la confusión aún reflejada en su rostro. Gerd estaba furiosa. Esto no era lo que ella quería. No era suficiente. No lo iba a tolerar y ladró pégale, pégale.

Speaker 1:

La música siguió sonando, con la voz de una mujer cantando, y Stefani se retorce. Dijo ¿quién? ¿Quién va a golpear a esta puta? Stefani se apartó de su madre mientras la anciana vibraba de rabia y le dijo no, mamá, ¿con quién estás hablando? ¿Quién quieres que le pegue.

Speaker 1:

Y Gerd pasió su mirada por la habitación hasta que se fijó en alguien que estaba al lado de Silvia y con una sensación de temor. Solo Silvia se volvió para encontrarse con los ojos de su hermana. Jenny estaba sacudiendo la cabeza frenéticamente. Gerd gruñó ¡pégale, ¡pégale a la puta. Aplástale las orejas. No permitiré que las putas mentirosas anden por ahí sin castigo. Pégale. Coi se inclinó y dijo yo lo haré. Y Gerd dijo no, no, no. Ella tiene que ser ella la que lo haga. Tiene que demostrar que no está al lado de la puta en todo esto, que apoyará a su familia y no a esta degenerada.

Speaker 1:

Jenny estaba temblando, las lágrimas comenzaron a brotar por las comisuras de sus ojos y le dijo no, no, no, yo no lo voy a hacer. Silvia se negó con la cabeza y le dijo no, jenny, hazlo. Y Jenny, le no puedo. Tú eres mi hermana, no puedo. Pero Gerd se levantó de la silla y cruzó la habitación tan rápido que era difícil de creer, y le dio una bofetada a Jenny en la cara y le dijo o lo haces o lo obtendrás tú en su lugar.

Speaker 1:

Pégale, o te enviaré, a ti y a Coi, al sótano para que practique. Hazlo o no comerás nada al resto de la semana. Hazlo pégale a la puta. Jenny seguía sacudiendo la cabeza, incluso cuando Silvia gemía por el amor de Dios, hazlo. Gerd golpeó a la chica la bofetió tan fuerte que las débiles piernas de Jenny ni siquiera pudieron sostenerlas. Se giró y gruñó no uses el nombre del señor en vano escoria, no eres tigna de pronunciar su nombre. Y Silvia le dijo Jenny, por favor, hazlo.

Speaker 1:

Sollozando la ni y la chica cerró el puño y se lanzó. Agarró a Silvia por sorpresa, se tambaleó un poco hacia atrás con grito de dolor. Así de cerca pudo ver cómo se iluminaban los ojos de Gerd o yo cómo se aceleraba su respiración entrecortada. El rosto de la mujer era una máscara de miseria cuidadosamente domada, pero había pequeños detalles, como el frubor que se extendía por sus mejillas, que contaba otra historia. Estaba disfrutando de todo esto. Jenny volvió a golpearla con un sollozo. Golpeó a Silvia en la cara hasta que sus nodillas se enrojecieron y se amorataron, antes de que la bruja le apartara con un regaño fingido Y una vez cumplidas sus obligaciones, como entretenimiento de la noche, silvia se marchó a su habitación sin decir más. Los ojos de Gerd se clavaron en su nuca a cada paso del camino. Gracias por escuchar el The Murder Book en español. Que tengan una gran semana Chao.

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